por Emiliano Rodríguez
Con el primero de los dos debates presidenciales previstos antes de los comicios del 27 de octubre próximo, la campaña electoral se apresta a ingresar definitivamente en su tramo decisivo.
La recta final de la contienda proselitista encontrará a los candidatos a la primera magistratura discutiendo sobre un número de asuntos vinculados con el presente y el futuro del país primero en la ciudad de Santa Fe y luego en Buenos Aires, los domingos 13 y 20 de este mes, respectivamente.
Los aspirantes a la Presidencia intentarán probablemente en los debates convencer a los indecisos, en el caso de que los hubiera a estas alturas de la campaña 2019, con propuestas de ocasión, cotillón electoral y una esperada dosis de pirotecnia verbal en busca de dar trascendencia a sus discursos (especialmente en redes sociales).
En la mesa chica de Juntos por el Cambio y del Frente de Todos (FdT) aprovecharán los próximos días para ultimar detalles antes de la compulsa en la Universidad Nacional del Litoral, aunque se espera que tanto Mauricio Macri como Alberto Fernández mantengan el libreto que vienen desarrollando.
Por un lado, Macri procura mostrarse como un presidente/candidato que ha sabido “escuchar” el mensaje de las urnas después del ruidoso tropiezo del oficialismo en las PASO del 11 de agosto, mientras asegura que en un eventual segundo Gobierno con él al frente se cosecharán los frutos del esfuerzo realizado en los últimos años a causa del ajuste.
En tanto, Fernández insiste en que el macrismo ha sumido al país en una profunda crisis tras haber agudizado los desbarajustes que heredó del kirchnerismo, más allá de ofrecer pocas certezas sobre el plan económico que piensa llevar adelante para “volver a poner a la Argentina de pie”.
Un Fernández que, con la ex presidenta Cristina Kirchner en Cuba visitando a su hija Florencia por sexta vez en el año, incorporó a su campaña a Florencio Randazzo, en el regreso del ex ministro kirchnerista a los primeros planos de la política doméstica luego de largos meses de ostracismo.
Se trata en definitiva de viejos amigos que hace apenas dos años fueron duramente vilipendiados por Cristina en las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, donde Randazzo, montado incluso en el sello (¿de goma?) del Partido Justicialista (PJ), logró apenas algo más del 5 por ciento de los votos como candidato a senador nacional.
Por su parte, en los debates de Santa Fe y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, siete días más tarde, se espera que Roberto Lavagna, de Consenso Federal 2030, exponga una serie de iniciativas sobre las que viene trabajando desde antes de las PASO.
Según pudo averiguar NA, Lavagna se despegaría de esa imagen que sus estrategas de campaña intentan “vender” en los spots, en los que se muestra al ex ministro de Economía como el dirigente mejor preparado para rescatar a la Argentina de la crisis, a partir de su desempeño como funcionario tras la debacle de 2001.
“Los resultados de su gestión hablan por sí solos”, dijeron a esta agencia fuentes del lavagnismo. “Nuestra meta es que el ganador sea el ciudadano. Lo nuestro va a ser 100 por ciento pro-positivo. Vamos a abrir un abanico de propuestas temáticas para que el ciudadano se pueda informar”, agregaron.
El derrape de “Lilita”
En momentos en los que se habla de “postmacrismo” incluso en pasillos de la Casa Rosada luego de la derrota de Juntos por el Cambio en las PASO y tomando en cuenta recientes encuestas sobre intención de voto con miras a los comicios del domingo 27, llamó la atención la nueva embestida de Elisa Carrió contra el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
“Lilita” Carrió fustigó con dureza en estos días a Frigerio, el funcionario con mejor reputación dentro de la opinión pública, al menos hasta las primarias: “Nos entregó en toda la nación”, dijo la fundadora de Cambiemos, acusando al dirigente de haber sido funcional al PJ por su relación con gobernadores.
“No nos sorprenden sus críticas, no son nuevas. éltimamente critica más a los ministros que al kirchnerismo”, le respondieron fuentes allegadas a Frigerio. “Su entorno le vendió pescado podrido; critica algo que vinimos a cambiar por orden de Macri, que es hacer obras en donde existan necesidades, no en donde gobiernen los amigos”, agregaron.
“Es absurda la crítica. Si entregar la Nación es hacer obras en todos lados sin importar quién gobierne, es más una virtud que otra cosa”, dijo la fuente consultada por esta agencia, que acerca de la posibilidad de que Carrió haya comenzado a pelear por un espacio de poder dentro de un eventual armado de oposición tras el 10 de diciembre si el FdT gana las elecciones, remarcó: “Yo no escuche que la mencionen en el ‘postmacrismo'”.
En ese espacio que podría construirse en el caso de que las urnas confirmen el próximo 27 el resultado preliminar de las PASO sí se incluirían como cuadros relevantes el actual alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta; la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal -a pesar de caer derrotada en la Provincia-; el propio Frigerio y el mandatario de Mendoza, Alfredo Cornejo, entre otros.
En este sentido, las acciones de Cornejo subieron de manera significativa después de la victoria del oficialismo mendocino en las elecciones provinciales. En las últimas horas, el presidente de la Unión Cívica Radical (UCR) aprovechó el envión para pasar otra factura interna -dentro de Cambiemos-, al insistir en que también se tendrían que haber desdoblado los comicios en Buenos Aires.
El dardo buscó tener como blanco a Macri y a su jefe de Gabinete, Marcos Peña, especialmente. Ahora, da la sensación de que Vidal se encamina a entregar el Poder al kirchnerista Axel Kicillof en diciembre próximo, víctima de la decepción y el malhumor que las políticas del gobierno central ocasionaron (también) en el principal distrito del país.
Así las cosas, Vidal podría pagar un alto costo dentro de tres semanas por su falta de “egoísmo político”, al aceptar el mandato de Balcarce 50 de someter a escrutinio su labor como gobernadora en sintonía con la elección nacional, lo que claramente suponía un riesgo para su continuidad en el cargo tomando en cuenta la marcada caída de Macri en mediciones de imagen y de ponderación de gestión en la Provincia desde 2017 a la fecha.
En ese eventual espacio de oposición a partir de diciembre, si el kirchnerismo regresa al Poder, está por verse qué rol ocupará el radicalismo, probablemente con Cornejo tratando de afianzarse como un líder articulador y sumar adhesiones en el Congreso, allí donde el futuro Gobierno deberá “rosquear” con fuerza para aprobar leyes en medio de la crisis.
“Sabemos que después del 10 de diciembre van a venir medidas muy duras”, sostuvo el dirigente gremial camionero Pablo Moyano, al argumentar la decisión del movimiento obrero de intentar avanzar hacia una unificación y de brindar un respaldo en bloque a la candidatura presidencial de Fernández.
Incluso ganando el FdT, el sindicalismo vislumbra nubarrones de tormenta en el horizonte y anticipa tiempos difíciles para los trabajadores después de los cuatro años de macrismo, aunque de todos modos establece un límite: ya dejó en claro que resistirá cualquier intento de reforma laboral.
(*): Noticias Argentinas.